El anciano los conduce hacia el hotel que les habían designado. El sitio era un edificio con un estilo muy moderno, la recepción era lujosa y las habitaciones tenían equipamiento de última tecnología. Los cuatro aventureros quedaron perplejos al ver tantas riquezas, tanto que por un momento se olvidaron de la incertidumbre que sentían al no conocer el rumbo de la misión.
Ana hizo un cuestionamiento que todos tenían en mente pero que ninguno se había atrevido a hacer y es el hecho de que habían ido hasta Shanghái y aún no sabían qué era lo que en realidad buscaban ni para quién se supone que estaban trabajando, teniendo esto en cuenta, Martín decidió unir los puntos y recoger la información que hasta ahora tenían para buscarle sentido a todo lo que estaba sucediendo.
Buscando en Internet el símbolo que antes habían visto en sus cartas, Martín logró encontrar una página relacionada a una pequeña fábrica farmacéutica que trabajaba con productos químicos experimentales y que fue cerrada debido a quejas de personas que aseguraban que experimentaban con humanos y procedían de forma ilegal con el fin de lograr sus cometidos; Martín no pudo encontrar más información sobre esta extraña fábrica pero usando sus habilidades informáticas, encontró unos expedientes sacados de la policía de China en los que se daban informes de que la fábrica seguía trabajando en sus experimentos de forma ilegal.
Ya teniendo esta información, el grupo decidió ir a la droguería del hotel esperando que la persona con la que tenían que hablar se encontrara ahí y así poder pasar a su siguiente destino; Al llegar y cuestionar al encargado sobre ese extraño símbolo parecido a un ojo de serpiente, este negó tener conocimiento alguno sobre éste pero aceptó reconocer a un huésped del hotel al que había visto con ese símbolo grabado en su portafolio y les dio el número de su habitación para que fueran en su búsqueda.
El grupo fue al encuentro del personaje con el fin de sacarle la información como fuera posible, llegando a la puerta de su habitación vieron que estaba entreabierta y rápidamente se adentraron en ella, al entrar al cuarto se llevaron la sorpresa de que todos los muebles estaban volteados y que todo estaba desordenado, como si alguien hubiera llegado a buscar algo para robar y no lo hubiese encontrado; Antes de poder preguntarse qué había sucedido en ese sitio para estar en ese estado escucharon un ruido proveniente del baño, donde encontraron al huésped golpeado y amordazado, con un papel arrugado en su mano que contenía la dirección a la que debían llegar.
La dirección los llevó a un antiguo bosque no muy lejos del templo donde tan solo después de cinco minutos de caminata por un sendero, encontraron una pequeña cabaña, del tamaño para que solo una persona pudiera vivir en ella, al acercarse, un extraño personaje salió de ella, parecía humano pero parte de su rostro estaba formado por estructuras metálicas, cables y engranajes, daba la impresión de haber salido de una película futurista, el extraño individuo se unió a ellos y les dijo que no temieran y que confiaran en él pues podía ayudarles en su misión.